"Al despedir a Mariclaire Acosta, Derbez ha privado a la Secretaría de Relaciones Exteriores de su principal defensora de los derechos humanos y plantea serias dudas sobre el compromiso de Fox con la promoción de los derechos humanos", dijo José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch. "Fox debe actuar rápidamente para reparar el daño causado."

Cuando Fox fue electo en 2000, prometió que su presidencia daría la máxima prioridad a los derechos humanos. Mariclaire Acosta-que fue incorporada al nuevo gobierno por el predecesor de Derbez, Jorge G. Castañeda-encarnaba dicho compromiso con los derechos humanos más que ningún otro funcionario del gobierno de Fox.

Acosta, experimentada integrante del movimiento de derechos humanos de México, se ganó la reputación de dedicada y formidable activista. Ha tenido un papel central en la reforma de la estrategia de derechos humanos de México desde que Fox llegó al gobierno. Durante su mandato, México acabó con su larga tradición de utilizar la doctrina de la soberanía nacional para incumplir o aplicar selectivamente las normas internacionales de derechos humanos. Por el contrario, el país ratificó numerosos tratados de derechos humanos e intentó garantizar que en otros países también se aplicaran consistentemente estas normas. México demostró además una voluntad sin precedentes de colaborar con los observadores internacionales de derechos humanos, recibiendo con los brazos abiertos la presencia permanente de un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y trabajando en un análisis conjunto de los problemas de México en materia de derechos humanos.

Representantes de Human Rights Watch se entrevistaron con el Presidente Fox en enero de 2003, poco después de que nombrara a Derbez como sucesor de Castañeda en la Secretaría de Relaciones Exteriores, ocasión en que se nos aseguró que los derechos humanos seguirían siendo una máxima prioridad dentro de la política exterior mexicana. En concreto, las máximas autoridades del gobierno se comprometieron a que Acosta seguiría jugando un papel importante en la política exterior mexicana.

"Nos ha sorprendido y decepcionado mucho que Derbez haya faltado a este compromiso", dijo Vivanco. "Ahora queda en manos del Presidente Fox restablecer el control sobre la política exterior mexicana y garantizar que los derechos humanos sigan siendo una de sus máximas prioridades".