Noticias

China — Proteger los derechos de los solicitantes de asilo norcoreanos
(Nueva York, 19 de noviembre de 2002) — China debe poner fin a la repatriación forzosa de solicitantes de asilo norcoreanos y al arresto y hostigamiento contra los trabajadores de ayuda humanitaria que los asisten, señaló Human Rights Watch en un nuevo informe publicado hoy. En el informe de 36 páginas, El éxodo invisible: Norcoreanos en la República Popular China (The Invisible Exodus: North Koreans in the People´s Republic of China), se exponen con detalle la explotación y los años de clandestinidad que padecen los norcoreanos en China.

La repatriación forzosa de solicitantes de asilo es una violación flagrante del Derecho Internacional.

Mike Jendrzejczyk, Director para Asia en la oficina de Human Rights Watch en Washington.


En el informe se documenta el tráfico de "esposas" norcoreanas para hombres chinos, y las torturas y las humillaciones que sufren los repatriados a manos de los funcionarios norcoreanos. A partir de las entrevistas con refugiados norcoreanas que se encuentran ahora en Seúl, activistas de derechos humanos, académicos y funcionarios de varios países, se describe un panorama gris de las condiciones infrahumanas y los abusos que padecen los repatriados en las colonias de trabajos forzados y los campos penitenciarios de Corea del Norte.

"Corea del Norte es la principal responsable de este éxodo de refugiados, que huyen del hambre y de los abusos a los derechos humanos en su país", señaló Mike Jendrzejczyk, director para Asia en la oficina de Human Rights Watch en Washington. "Pero el Gobierno chino también tiene responsabilidades importantes. La repatriación forzosa de solicitantes de asilo es una violación flagrante del Derecho Internacional".

En 1982, China ratificó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, que prohíbe a los estados firmantes devolver por la fuerza a los solicitantes de asilo que se enfrentan a la persecución en sus países de origen. Los norcoreanos obligados a retornar pueden ser condenados a penas de prisión prolongadas o incluso a la pena de muerte si su "delito" de salir del país se interpreta como una traición.

Hasta que Corea del Norte no cambie su política de castigar a los repatriados y se someta a la supervisión internacional, se debe considerar que todos los solicitantes de asilo norcoreanos tienen derecho a protección frente a la repatriación forzosa aunque no se hayan determinado sus razones para salir del país, señaló Human Rights Watch.

Human Rights Watch instó a la Comunidad Internacional a ejercer presión sobre Corea del Norte para que cumpla sus obligaciones en material de derechos humanos y pidió la adopción de una resolución sobre dicho país en la próxima sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que se celebrará el próximo año en Ginebra. Human Rights Watch también apeló a China para que permita inmediatamente el acceso del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a la región fronteriza para entrevistar a solicitantes de asilo.

El éxodo de norcoreanos a China alcanzó su punto culminante a finales de la década de los noventa como consecuencia de la crisis alimenticia, pero se ha mantenido hasta hoy como resultado de la pobreza extrema y la represión. Las rutas de escape se fueron consolidando mediante el soborno y el boca a boca. Miles de norcoreanos, cuya cifra exacta es imposible determinar, están actualmente ocultos en China, sobre todo en la provincia de Jilin dentro de la región fronteriza con Corea del Norte.

La Comunidad Internacional ignoró paladinamente esta salida de refugiados desde Corea del Norte hasta que, a principios de este año, los norcoreanos empezaron a irrumpir en recintos diplomáticos de Beijing y otras ciudades de China en busca de asilo. Desde marzo a septiembre de 2002, un total de 121 norcoreanos lograron finalmente salir de China con destino a Corea del Sur. Las autoridades chinas han respondido a este fenómeno aumentando la seguridad alrededor de los recintos diplomáticos, exigiendo a las embajadas que entreguen a los norcoreanos y aplicando medidas de seguridad más estrictas en la frontera.

Los gobiernos que participan en conversaciones sobre derechos humanos con Beijing, entre ellos la Unión Europea, Japón, Estados Unidos y Canadá, deberían prestar urgentemente atención a la terrible situación de los solicitantes de asilo norcoreanos. Deberían presionar a China para que inicie inmediatamente un diálogo de alto nivel con el ACNUR sobre el establecimiento de un sistema para determinar el estatuto de refugiado. Como medida provisional, Beijing debe conceder a todos los norcoreanos un estatuto humanitario permanente que les proteja frente al hostigamiento y las amenazas de extorsión o repatriación forzosa a su país.

"El mundo ya no puede hacer caso omiso a los solicitantes de asilo de Corea del Norte", dijo Jendrzejczyk. "Hace falta un esfuerzo coordinado para proteger sus derechos".

Testimonios extraídos de The Invisible Exodus: North Koreans in the People's Republic of China

Siempre que pienso en ese momento, me entran sudores. ¿Qué hubiera pasado si me detienen en ese momento? [Debido a mi historia familiar] la Agencia Nacional de Seguridad [norcoreana] me habría considerado un espía o un traidor, y me habrían podido matar de un disparo, o encarcelarme de por vida sin un juicio previo. Me podrían haber mandado a un campo de trabajo administrativo, o a una mina secreta, o quizá habrían utilizado mi cuerpo para experimentar con productos químicos. En cualquier caso, habría acabado como un cadáver, aunque siguiera respirando.

-Superviviente de un campo de trabajo norcoreano

Cuando una mujer norcoreana cruza el río Tumen y llama a la puerta de un hogar coreano-chino pidiendo comida, es posible que la ayuden. Cuando han pasado unos días, algunos de sus "protectores" pueden aconsejarle que se case. Si la convencen, pueden obtener entre 2.000 y 3.000 renmibi [240 a 360 dólares] de la familia del esposo….Las mujeres norcoreanas se trafican primero a los coreano-chinos y después a los chinos. Son esclavas; objetos sexuales.

-Trabajador de ayuda humanitaria que ha asistido a refugiados norcoreanos en China desde 1997 hasta 2001

Durante mi estancia en el campo, llegaron 1.200 personas al centro y sólo vi salir a siete de ellas sin lesiones o daños físicos. Mucha gente murió a causa de una epidemia, y a otros muchos los mataron a tiros. En general, el centro ponía en libertad a los detenidos cuando creían que ya no podrían sobrevivir. Muchos de los presos sufrían tuberculosis pulmonar y otras enfermedades. Había unas 300 personas en el campo, repartidas en grupos de 30 por cada cuarto. Llegaban un centenar de personas todos los meses y morían unas diez personas cada día. Si alguien no recibía una comida al día, el hambre lo dejaba tan débil que no podía moverse bien. Al no haber ataúdes, ponían los cuerpos sobre un tablón y los llevaban a una colina para incinerarlos.

-Un ex guardia fronterizo detenido en un campo norcoreano


LA REPRESIÓN EN CHINA AGRAVA LAS PROTESTAS DE LOS TRABAJADORES
MÁS SOBRE ASIA
REGRESAR